Crónica del Maratón de Boston 2018

826265_1011_0004Este ha sido el mejor maratón que he corrido. Lo disfruté y me divertí muchísimo todo el tiempo. Las condiciones locas del clima lo hicieron especial y épico, una odisea de la que me acordaré siempre.Esta vez me fue mucho más posible cumplir con todos los entrenamientos que me ponía Fer. Desde diciembre comencé construyendo base con mi #CorreGuadalupeReyes, que conecté con los entrenamientos específicos de Boston. En enero estaba entrenando con todo y me empecé a enfermar de gripe y de la garganta casi cada semana. Estaba desesperada, apenas me sentía mejor volvía a entrenar y recaía. Visité al otorrino, me detectó sinusitis crónica, me dio un ciclo de antibióticos y antihistamínicos y a partir de entonces fui capaz de completar al cien cada entrenamiento. También intenté comer menos harinas, lácteos y azucar refinada y le dije adiós por un rato al alcohol.

El entrenamiento fue divertido y desafiante, me enfoqué en aumentar el kilometraje y metí algunas sesiones de fuerza cuidando de no excederme y/o lesionarme. Cada mes o dos meses tomé un masaje de descarga y en las dos semanas previas al maratón tomé jugos de betabel y shots de jengibre para fortalecer mis defensas y mi capacidad cardiovascular.

El viernes volé a Nueva York a las 9 de la mañana, llegué al aeropuerto estresada por la maleta de 10 kilos y por dejar listos todos mis pendientes para, estando allá, no preocuparme por nada. Llegué allá a casa de Ale, mi amiga que me hizo favor de hospedarme estos días. El sábado salimos a trotar 5K a Central Park y de ahí tomé un camión a Boston. Llegué 4 horas después y sentí el bajón de temperatura,  hice check in en el hostal y nos fuimos a cenar dumplings de pollo con verduritas, nada arriesgado.

Al día siguiente tendríamos trote de mexicanos a las 7:30 pero lo movimos a las 9 porque había pronóstico ¡DE NEVADA! Desperté por un café y salí a trotar con una chamarrota y sin guantes. Por ahí del kilómetro dos, ya me dolían mucho las manos, no podía ni hablar bien por la boca entumida y en el kilómetro 3 comenzó a nevar, terminamos los 5K, nos echamos porras y fuimos a buscar un desayuno caliente, encontramos un lugar con fila, decidí esperar un poco, habían pasado como 10 minutos y ya no podía del dolor de frío, nos fuimos a otro lado con calefacción y apenas entré sentí que revivía.

30738603_1664156640340772_2495065593099583488_nDesayunamos, fuimos a descansar un rato y después a la expo. En la noche pensé que no tenía ropa caliente para tirar, fuimos a comprar dos chalecos gordos de 5 dólares, cené un smoothie de yogur griego, fresas y plátano, me di un baño caliente y me acosté. No podía dormir pensando qué me pondría al día siguiente, vi en mis historias de Insta cómo corrí en los días fríos de invierno en México, mi amigo Fer estaba nervioso y le escribí «Ya duérmete, que lo chingón no se lava con agua». Le pregunté a mi amigo Alejandro, que corrió Boston en 2:46 en 2015 con lluvia y frío y me ayudó a decidir, tendría que llevar ropa que me abrigara pero no retuviera agua, puse un audio de meditación y dormí.

Al otro día desperté temprano, me embarré toda de Body Glide como me dijo Ale, me puse mallas largas, blusa térmica de cuello alto, chamarra impermeable caliente, dos chalecos, guantes y gorro, cubrir mis tenis con dos bolsas de plástico, desayuné bagel con mermelada, plátano y café y salí a la aventura, ya llovía y se sentía el viento, pero pensé que no sería tan grave. Me fui con una chava del hostal, nos sentamos en el camioncito y platicamos un rato.

IMG_1335Después los nervios nos callaron y me puse una meditación de Headspace que decía que cuando rindes mejor como deportista es cuando te olvidas de ti, dejas de sentir tu cuerpo y dejas de acordarte de lo que pasó o pensar en lo que viene, simplemente vives el momento presente. No saben cómo me ayudó más tarde.IMG_1343Nos bajamos del camión y sentí el rigor, en Hopkinton la temperatura era de 3ºC y la sensación térmica de -6, pasé al baño sin fila y caminé hacia la villa de atletas. Iba temblando cuando vi en la entrada de una casa un señor con un puesto que decía ALL FREE y tenía un montón de cosas de último momento para corredores, entre ellas café caliente, me regaló un vasito, le puso leche y me fui feliz y agradecida. Seguí caminando y llegó una señora a ofrecerme un RAIN PONCHO, lo agradecí y me lo puse.

E1C55ACB-B7F6-4336-A137-C6ACAE6402C4Llegué por fin a la villa y el bonito jardín del año pasado esta vez era un establo, gente sentada sobre el lodo y la nieve, charcos anegados, personas en pijama, trajes de plástico, sleepping bags, caras de susto e incertidumbre.Vi a lo lejos una pequeña carpa de Clif y fui para allá, adentro encontré un calentador eléctrico y unos 40 corredores de todos los países calentándose, me uní a ellos, tomé una barrita Clif de chocolate y me puse a platicar y bromear sobre el clima.

IMG_1355

IMG_1349
Les pedí una selfie para la posteridad xD

Entonces llegó Scott Jurek y nos dio consejos de supervivencia y palabras de ánimo. Lo amé por salir de su casa en esas condiciones e ir a hablarnos en persona. A lo lejos, un hombre con un micrófono iba avisando cuando era momento de salir de la villa y caminar hacia tu corral, comenzaron a llamar a los primeros números, pasaron unos 40 minutos, y cuando estaba ya caliente y en paz llamaron a mi oleada, entonces dije VAS CON TODO, salí de la carpita, caminé entre el lodo, salí al pavimento y llegué a mi corral ya sin sentir las manos, los pies o la cara.

826214_1008_0022En el corral me encontré a Paco, un corredor de México que saldría a mi lado, me encantó verlo, llevábamos los mismos tenis beige que ya estaban negros de lodo, reímos y no sabíamos si quitarnos las prendas extra, seguíamos muriendo de frío. De pronto, sin que escuchara un disparo, todo mundo comenzó a correr, activé el Garmin y  ya estaba en la carrera, con todo y dos chalecos de pluma e impermeable. Mis pies se sentían como dos roquitas, solo golpeaban el piso pero no podía sentir los dedos, me dio mucha risa toda la situación, en ese momento me dije: «disfruta como niña chiquita, jugando y saltando charcos». Las primeras 10 millas serían de bajada, mi paso objetivo era de 4:37 min/km y solo debía cuidar no ir más veloz que eso, lo fui haciendo aunque me tomó como tres kilómetros entrar en ritmo porque mucha gente se iba quedando y había que rebasarlos y zigzaguear, además de no pisar las líneas naranjas de señalamientos de carretera ni las coladeras o vías del tren para no caer (gracias Maribel por el tip). Eran tantas cosas sucediendo al mismo tiempo, que de pronto me di cuenta de que sí, ya había logrado no sentir mi cuerpo y solo vivir el momento presente. No podía ver al frente porque la lluvia con viento duro pegaba directo en los ojos, veía al piso y me concentraba en los tenis de algún corredor con buen ritmo frente a mí. Corría detrás suyo para aprovechar que me cortara el viento (ser pequeña tiene ventajas). En ese momento todavía iba preocupada porque mi número se viera para salir en las fotos, al rato me di cuenta de que fuera como fuera iba a acabar hecho un chilaquil, mi celular iba rebotando en la bolsa de la chamarra y me molestaba, lo metí en la bolsa lateral de las mallas aunque se empapara y dejé de acordarme e él. Llegué al kilómetro tres y sentí algo en la bolsa de uno de los chalecos, era una botella de medio litro de agua jajaja, la aventé a la orilla del camino y me quité un chaleco. Atoré la capa del impermeable con mi gorrito para mantener la cabeza caliente. Más adelante entré un poco en calor y me quité el segundo chaleco. Todos los fui dejando a la orilla de la carretera, de donde después los recogen para donarlos. Después del kilómetro 15 decidí que era hora de despedirme de mi impermeable. Me lo quité con cuidado y bye. Mi amiga Fer Arguijo me recordó que, aunque hiciera mucho frío y estuviera lloviendo a cántaros, debía hidratarme en cada puesto. Así lo hice, solo me salté un par casi al final porque honestamente ya no tenía energía para eso. Comencé a comer geles desde el kilómetro 7, fueron los de mango de Huma que tanto amo, con su sabor me sentía en casa, en mis entrenamientos, con calor, con mi música de siempre, eso me mantuvo conectada con mi objetivo, igual que mi música latina jaja, iba rebasando corredores, saltando entre los charcos y cantando frases sueltas de reggaetón. Mis audífonos entran herméticamente a los oídos, pero el agua fue encontrando su paso y eventualmente tenía las orejas encharcadas, me sacaba el audífono, inclinaba la cabeza a un lado como en la natación y seguía. Después del kilómetro 16 vendría una parte un poco más “plana”, con colinas suaves, mi meta ahí era mantener el ritmo, relajé los hombros, el cuello. Iba feliz al ritmo objetivo y sin sentirme agitada, recordé que el año pasado en ese punto ya estaba tronadona y me sentí orgullosa. Llegué al medio maratón, vi que estaba haciendo RP y me dio risa, porque no sentía estarme quemando, iba de acuerdo al plan. Llegué al túnel de gritos de Wellesley, donde cientos de chavas, a pesar de la lluvia, gritaban y ondeaban carteles, frenéticas, bajé el volúmen a mis audífonos y me emocioné con ellas. En un momento ya sentí la cabeza muy caliente y me quité el gorrito, lo metí en la bolsa de la chamarra y seguí adelante. Unos kms después quería abrirme la chamarra que es calientísima, lo hice, me alivió, pero la tormenta apretó durísimo con vientos como olas jajaja, entonces me la cerré hasta el cuello y le pedí perdón a Tláloc por mis insolencias.  Y no, en ningún momento sentí manos ni pies, pero con todo y eso seguí tomando agua y Gatorade en cada abasto sin pretexto y diciendo gracias a los voluntarios que tenían siempre una sonrisa para mí. Llegamos a Newton, el pueblo donde comienzan las pishis colinas, yo sabía que eran cuatro rudísimas, las había visto y estudiado varias veces en videos, hasta hice una tablita de su duración y perfil de elevación. Ya estaba ahí, me sentía fuerte y con energía y no había vuelta atrás, ¡a darle hasta el 35! Comenzamos pues, decidí dejar de ver mi ritmo en el reloj, simplemente sentir mi cuerpo y no bajar la guardia, a las orillas de la carretera mucha gente caminaba y verlos me bajoneaba, me fui al centro y de ahí no me moví, a subir, subir, subir, tantita bajada y de nuevo subir, subir, subir, cada parte de mis piernas se ponía dura, pasamos la tercera, la cuarta. Estaba en la última y sentí mis nalgas en llamas, disculpen pero los músculos quemaban como si me fuera a acalambrar, seguí sin pararme, duro, con todo, una bajada, otra colina y sería todo, cuando estaba saliendo, lista para enfilarme a la Rompecorazones, vi a mi derecha un arco gigante que decía “Acabas de romper la Rompecorazones”, había hecho mal la cuenta y ¡ya había acabado la parte dura! Lloré de la felicidad y le metí todo el poder, quedaban solo 7 kilómetros de bajada hasta la meta. Empecé a ver más gente en las porras, nos dirigíamos finalmente hacia Boston. De pronto alguien me dio un golpe fuerte con los dedos en la espalda, volteé y era un señor diciendo que me quitara, les juro que no me le atravesé ni nada, estaba comenzando a enojarme y dije «mira, bueno, el tipo tiene razones suficientes para estar de malas, déjalo ir, suéltalo,» me enfoqué en los tenis del de entrente, sonreí y fui feliz. Mi objetivo, les voy a confesar, era hacer 3:15, en el 39 me di cuenta de que lo lograría, pero sabía también que por ir zigzagueando había corrido varios metros de más. Decidí mantener con todo, eran solo tres kilómetros a 5, qué más da, cualquier cosa. Necesitaba mucho el azúcar de mis gomitas, pero ya no las podía abrir, después de pelear con el empaque, me paré y le pedí a un hombre del público que me las abriera, me urgía azúcar. Me reí y seguí corriendo. Luego hubo bajadas ricas, una subida-puente que ni está tan ruda pero a esas altura se sintió bien pesada, y al fin vi el letrero de Citgo, faltaban ya solo 1.6 kilómetros para la meta, entonces sentí tantito el rigor, el cuerpo ya pedía meta, amigos, le dije «aguanta, apúrate y llegamos por comida, azúcar, café caliente, galletas, la chimenea del hostal, un abrazo, una cerveza». Toda la carrera había estado escuchando una lista de música latina de Spotify  y en ese momento empezó un como “detrás de cámaras” donde un reggaetonero rándom explica cómo se hizo famoso, así sin música, los dedos no me funcionaban para cambiarle, era como “Taba en la casa acostao en un mueble y llegan y me dicen ‘vamo onde Pharrell’”, me reí de mis gustos tropicales, le puse atención a la historia de éxito de este tipo y me dejé de concentrar en mi doloroso trasero, apreté el paso, era solo bajar el puente, a la derecha en Herefort, sube, dale, dale, a la izquierda en Boylston, ¡ay! !la meta está más lejos de lo que recordaba! Jajaja, ya es pura bajada, chíngale, aprieta, dale, dale, una cuadra, otra cuadra, los gritos, las porras, el reloj, sí lo logras, cierra en menos de 3:20, dale, dale carajoooooo. Lo hice. 3:19:37.826199_1121_0024

826203_1142_0017

Crucé llorando, tan feliz, tan madreada. Vi a Nery cruzando casi conmigo, nos abrazamos y lloramos.

IMG_1464Caminé por la capa térmica, tenía tanto frío, no quería hacer fila, le decía a las señoritas «por favor póngame a mí,» me la puse y comencé a sentir todo el cuerpo helado, daba pasitos pequeños, estaba congelada pero felicísima.

Facetune_16-04-2018-16-47-07
Mis tenis acabaron bien lavaditos del lodo jajaja

Llegué al fondo para fotos, me tomé una y decidí caminar hasta mi hostal.

826265_1011_0004Estaba a menos de un kilómetro, pero se sintió una eternidad, la lluvia apretaba a cada momento y todos íbamos desorientados en ona gran bola de caperucitos plateados. Ese kilómetro fue el que más me costó, por mucho jajaja, quería que alguien me cargara, me abrazara. Abrí unas papitas con mucha sal, me las comencé a comer y me sentí mucho mejor. Finalmente llegué, me senté frente a la chimenea, intenté desamarrar mis tenis pero no pude, tardé como media hora en volver a sentir las manos. Me fui quitando capas de ropa hasta quedarme en mallas y camiseta, subí por un café, llegó Pepe y nos quedamos ahí, con ,muchos otros desconocidos, todos comiendo galletas descalzos frente a la chimenea. Me llamaron mis papás, llegaron los demás, nos pusimos ropa seca y nos fuimos a festejar.

IMG_1367Celebramos con una buena hamburguesa y una cerveza de Shake Shack.

IMG_1374¿Qué estrategia usé? Echarme porras y vivir el momento presente. Vi todo esto como una odisea épica, un día memorable del que no cambiaría nada, no pediría mejor clima, vivirlo así fue muy emocionante y se queda en mi corazón para siempre. Ahora me siento mucho más fuerte y capaz de lo que sea, también muy feliz y agradecida por tener un cuerpo y una mente que pueden con esto y más.

Aquí pueden chismear todos los números de mi Garmin. Salió RP por 6 minutos, BQ y 5ta mejor mexicana 🤭.

Muchísimas gracias por todos los comentarios bonitos, porras, por seguirme en la app o acordarse de mí, su energía me acompañó a cada paso. Y sí, propónganse Boston y cúmplanlo, más allá del tiempo o de la medalla, esta es una prueba de vida de la que siempre sales siendo mejor en todos los sentidos. Regálense eso.

Felices kilómetros

FIRMA

Anuncio publicitario

Publicado por Araiz

Periodista, bloguera y 27 veces maratonista. Xalapeña apasionada del café, viajar y correr.

12 comentarios sobre “Crónica del Maratón de Boston 2018

  1. Simplemente increíble, confieso que tu relato humedeció mis ojos y me hizo sentir como si lo estuviera viviendo yo mismo… FELICITACIONES! Y no lo digo por el excelente tiempo, por la disciplina, por el trabajo duro y por la perseverancia (que tienen un valor ENORME)… simplemente FELICITACIONES por haberlo vivido y disfrutado de esa forma, como una niña saltando charcos desde el principio hasta simplemente amando correr después. Nunca corrí un maratón ni mucho menos (10K es mi distancia predilecta) y estaba con mucho miedo a volver después de una lesión que ya sanó hace tiempo, pero tu relato lo ha logrado. Gracias a vos mañana mismo vuelvo a agarrar mis zapatillas y volver a lo que tanto amo. Gracias y felicitaciones una vez más!!

    Me gusta

  2. Araiz. Hace un año te estuve escuchando en Qro y me gusto como narraste tu experiencia. Eso me permite leerte e imaginarte tu logro. Felicidades !!!

    Me gusta

  3. Tu hermosa aventura de este marathon me hizo derramar lagrimas de emocion muchas felicidades por compartir .espero conocerte y compartir tu recorrido en la cd. De México. 👏🏻👏🏻🙏🏻

    Me gusta

  4.   TE FELICITOOOOOOO,          TE DOY LAS GRACIAS POR COMPARTIR TU EXPERIENCIA.  Y MOTIVARME.      NO SE SI LO LOGRE, PERO YA EMPECE A ENTRENAR PARA LOGRAR LOS 3:55 QUE EL SISTEMA ME PIDE PARA INSCRIBIRME, POR LO PRONTO YA ESTOY INSCRITO EN CDMX 18. COMO PRUEBA.    DESPUÉS   INTENTARE  INSCRIBIRME EN UN MARATÓN CERTIFICADO PLANO,  PARA LOGRAR  3:52   SALUDOS  SUPER ARAAAA.

    Me gusta

  5. Wow! Muchas gracias por compartir esta increíble experiencia de Boston que viviste, me emociono cada palabra y cada detalle.
    En verdad te felicito por vencer todos los obstáculos que presento Boston este año y que aun a pesar de eso lograras RP. Mis respetos!!
    Me encantó esto: Y sí, propónganse Boston.
    Y pues si, ya esta la meta para dar la marca, suena a imposible por el tiempo que me piden para calificar por mi edad… pero entrenare muy duro para lograrlo, ya lo intenté en el Maratón Lala este año y no di la marca. Seguiré intentándolo hasta lograrlo 🙂
    Te mando un abrazote y felicidades por todo !!!

    Me gusta

    1. Araiz, recuerdo cuando nos encontramos en Hopkinton, poco antes del disparo de salida, realmente era una tormenta, mucha lluvia y un intenso frío que calaba hasta los huesos, ése día estaba destinado que el clima nos tratara mal a todos los corredores, no logré escapar de la hipotermia, sin embargo tengo un grato recuerdo porque logré cruzar la meta en boylston street. Ara te mando saludos y un gran abrazo!! Tú siempre pa’delante!! Boston Marathon 2018, el Maratón del diluvio y el frío!

      Me gusta

  6. Se me enchinó la piel con tu crónica 🙂 se puede decir que soy runner «nuevo» porque llevo 3 meses y medio corriendo ya con una idea de tiempos, esfuerzos y mejorando alimentación, tengo 44 años, en Septiembre cumplo 45 y espero que en los próximos años pueda correr y ganar muchas batallas personales. Me estoy empapando del running con vídeos, blogs, etc. y cada día amo más correr y estoy fomentando a mis peques a que lo hagan de a poco y con gusto, no por obligación, a los que sí molesto con que corramos es a mi esposa y hermanos 🙂 ojalá me tomen la palabra. Voy a correr por primera vez en mi vida, será un 10 k (si sigo aquí claro) el próximo 27 de Mayo y estoy emocionado, nerviosooooo, me pasa la película muchas veces. Y… algún día en unos años espero contarles incidencias de mi primer maratón. Corran!

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: