Crónica del 21K Tarahumara 2016

El año pasado, me invitaron a cubrir el 21K Tarahumara, aquí está la reseña, pero no pude correr ni un kilómetro :(. Este año volví para hacerlo completo.

Volé el sábado tempranito com el grupo de prensa, allá hicimos un recorrido por la expo donde los tarahumaras conviven con los demás corredores, hacen demostración de sus bailes y música y venden artesanías y pinole. Yo me enamoré de un niño pequeño, espontáneo y desenfadado. Nos sentamos a platicar un rato y se tomó mi café sin avisarme :).

Ese día comimos delicioso en La Embajada, que se está convirtiendo en uno de mis restaurantes favoritos de Monterrey. Como no quería sentirme mal en la carrera, pedí ensalada de nopales y una tostada de atún, me porté bien porque todo estaba buenísimoPor la tarde salí a tomar un café con una amiga regia, después cené una ensalada y me fui a dormir temprano. A las 11 ya estaba bañada y acostada. Al otro día salimos temprano, llegamos a la salida de la carrera, ¡calentamos un poco y salí! No había configurado bien mi reloj y pude arrancarlo hasta el segundo kilómetro :(, me sentí un poco perdida pero me acordé de la frase «escucha tu cuerpo no tu reloj,» comencé a buscar mi ritmo, sentir mi respiración, y cuando me di cuenta ya estaba en esa zona de esfuerzo cómodo y controlado en la que sabes que puedes permanecer por horas. La ruta era linda, plana con algunas subidas ligeras, mucha gente y porras. Y cuando estaba sintiendo un poco de cansancio, escuchaba a un lado mío el chanclazo limpio y veía unas piernas musculosas casi flotando rebasarme sin esfuerzo, eso me motivaba enormemente a echar a la basura todos mis pretextos y limitaciones mentales y simplemente ese día dar lo mejor de mí a cada paso. Sonreí, me sentía feliz, sana y afortunada de estar ahí sintiendo mi corazón latir a tope y disfrutando el momento. Estas personas llevan siglos corriendo, huyendo de quien los quiere dañar, corriendo a conseguir lo que necesitan, ligeros, casi flotando. Tienen poco y lo aprovechan bien. Y son un ejemplo para nosotros, que nos la pasamos «sufriendo» por tonterías.

Me llenaron de energía y así llegué a la meta, cerrando en 1:41, ¡el mejor tiempo que he he hecho en medio maratón en mi vida :O! Ese día probé los Pureboost X, que me encantaron pues son los primeros zapatos de Adidas con drop bajo (algo que yo pedía hace años), se sienten ligeros, tienen un soporte de tela que «carga» el arco, le da una forma estética al zapato y una experiencia súper cómoda a quien corre con él. No los recomiendan para distancias largas, pero yo me sentí perfecta en los 21K con ellos, son ligeros con buena amortiguación y soporte, excelentes para corredoras sin problemas serios de peso ni pie plano :).

Después de la carrera estaba muy feliz, platiqué un rato con tarahumaras y regios, me di un baño y nos fuimos a comer a La Catarina, otro de mis favoritos de Monterrey. De ahí al aeropuerto y a mi depa a descansar de uno de los medios maratones más bonitos y emocionantes del año. Les recomiendo mucho correrlo y vivirlo, no se arrepentirán. Además recuerden que Home Depot dona las ganancias de la carrera a la Fundación Tarahumara José A. Llaguno, que las aplica a programas de desarrollo, educación y salud durante todo el año en la Sierra Tarahumara. Una linda forma de aportar <3.

Felices kilómetros