Crónica del Medio Maratón de Los Cabos 2016

El año pasado, fui invitada por la organización del 21K Los Cabos para dar una plática y correrlo, pero estaba lesionadísima y mi participación el día de la carrera se redujo a echar porras y tomar fotos :(. Me pareció una carrera increíble y me quedé con muchas ganas de correrla, así que este año, ya sana y con algunas semanas de entrenamiento rumbo a Ottawa, volé a Los Cabos el viernes para ahora sí apropiarme de esa ruta.

El vuelo fue una desgracia, estaba sobrevendido y por poquito me deja aunque llegué a tiempo. La recomendación es que si vuelan por aerolíneas de bajo costo, como Interjet o Volaris, lleguen rigurosamente con las dos horas de anticipación, yo llegué hora y media antes y ya habían cerrado la documentación, me pusieron en lista de espera y me subí porque Dios es grande. Llegamos a Los Cabos con un aire súper frío, que me hizo muy feliz, pues correría a nivel del mar sin humedad ni solazo, de lujo.

Viajé con Ceci, mi amiga con la que cada año hago este viaje, ella buscaba romper su RP. El viernes salimos a cenar y unos taquitos de pescado deliciosos con mucha col, pico de gallo y guacamole.

El sábado temprano fuimos a ver el amanecer al mar y parecía más una playa inglesa que sudcaliforniana, desayunamos y nos fuimos a ver a las ballenas, que no se asomaron mucho, pero nos la pasamos súper bien escuchando reggae y tomando clamatos (sin alcohol, al otro día tocaba correr).

Después nos fuimos a la expo, participé en la conferencia de prensa con Bart Yasso, leyenda del running, les platiqué mi súper emoción por correr este año, recogí mi número y conviví un rato con los corredores locales que me caen muy bien.

La playera de este año me gustó mucho más que la de 2015.

Regresamos al hotel y la tarde se fue en intervalos de comer y dormir. El domingo me levanté súper descansada y cargada de energía (aunque medio pesada por el tamal que cené, pareces nuevaaaaaa Araiz), a las seis ya estábamos listas enmedio de un grupo de gringos animadísimos que venían a correr desde California y Chicago.

Conocimos a un señor que estaba cumpliendo cincuenta años de casado y, aunque no le gusta correr, decidió caminar la carrera para celebrar con su esposa, una maratonista toda intensa.

A las siete con todo el dolor de mi corazón, me quité la chamarra y escuché el disparo de salida. Los kilómetros fluyeron fáciles, felices, había mucho aire en contra pero me refrescaba, y algunas subiditas que le daban emoción al recorrido. La gente en la ruta animándose, me encantó el ambiente. Entonces vi a Javier, un chavo que conocía solo por Twitter y Snapchat y que me había encontrado el día anterior en la expo, yo iba corriendo a 4:46 y él igual, pero unos pasitos adelante de mí. Entonces decidí usarlo para que me cortara el viento y me marcara el paso :). Así nos fuimos hasta por ahí del kilómetro 14, donde yo ya iba en éxtasis con música fuerte, cantando feliz, y comencé a ver que todos me saludaban y hacían señas y yo los saludaba de regreso, hasta que una niña se paró enfrente de mí, me hizo quitarme losa audífonos y me dijo que iba en sentido contrario jaja, me tuve que regresar un pedacín. Me reincorporé justo donde llegamos al mar, en la marina de un fraccionamiento de lujo, ahí comenzamos a correr en terracería, me encantó ese pedacito porque la tierra estaba bien aplanada y cómoda, pero por la vegetación te sentías corriendo en la jungla. Después salimos de regreso a la carretera, cruzamos un puente elevado largo, bajamos y doblé a la derecha, apretando el paso rumbo a la meta.

Todo fue risas y felicidad, ni un dolor ni una incomodidad. Cerré escuchando una canción que me encanta y me pone muy de buenas.

Me fue bien, saqué 1:43 y mi RP es 1:40, estoy solo a unos kilos de volver a los viejos tiempos :). Corrí con el TomTom Spark y me midió muy bien la frecuencia en la muñeca, abajo pegué la gráfica.

Quedé en lugar 11, buenísimo para mi en este momento 🙂

Crucé la meta y caminé por la medalla, adelante estaban regalando cerveza artesanal cabeña, me tomé un par, platiqué con los amigos que iban llegando, llegó Ceci que le había bajado ¡30 minutos! a su tiempo del año pasado, festejamos, comimos algo y nos regresamos al hotel. Ahí nos bañamos, comimos, hicimos la maleta y pasaron por nosotras para llevarnos al aeropuerto, de regreso a casa.

Fue un viaje corto pero muy relajante y lindo. Volví feliz, cargada de energía y motivación para continuar entrenando y aplicándome con mi plan de alimentación. Necesito perder seis kilos de grasa antes del 28 de mayo, estoy a buen tiempo y con muchas ganas de trabajar duro para conseguir mis objetivos de este año, bajar mis tiempos en todas las distancias y recalificar a Boston para 2017.Corriendo me sentí gordita, con ropa de vestir este peso me encanta porque tengo currrrrvas jaja, pero a la hora de hacer distancias largas, siento las llantas saltar y detenerme de alcanzar mi desempeño óptimo. Llevo unas semanas trabajando con mi nutrióloga Aurora León y mi entrenador Fer Salazar para poco a poco ponerme a punto, sin grasa y con potencia.

La organización y ruta de la carrera me encantaron, todo estuvo cuidado y pude descubrir una parte de Cabo que, a pesar de que he ido varias veces, no conocía. Además de convivir con sus corredores. Si quieres un 21K rápido, divertido y que incluya fin de semana de paseo, diversión y comidas ricas, te recomiendo este.

Felicidades a el grupo Esos Locos BCS por haber graduado a decenas de corredores en su primer 21K y gracias por las porras 🙂

Mi próxima carrerita será el 21K Tarahumara, en Monterrey el 21 de febrero, ¡allá nos vemos! 🙂

Felices kilómetros