Subiendo el ritmo: Crónica de los 21K Adidas

AQUÍ PUEDEN VER SUS RESULTADOS Y FOTO DE META

Este año por segunda vez consecutiva, Adidas organizó una serie de «splits», o carreras preparatorias mensuales de 6, 9, 12, y 18K, que culminaron en el 21K de ayer. Desde que llegué al lugar comenzó la experiencia que convertiría a esta en mi carrera favorita en lo que va del año. El ambiente en la salida me cautivó, la música electrónica, las luces neón y las playeras amarillo fosforescente te hacían sentir enmedio de una fiesta, en otro lugar, en cualquier cosa menos en una típica carrera matinal. Se sentía una energía intensa.

Los disparos de salida diferidos por lapsos de cinco minutos y el cupo limitado de cinco mil corredores, evitaron molestas aglomeraciones. Salí en la segunda oleada, pues planeaba correr tranquila, el coach dijo que me fuera a ritmo cómodo, aproximadamente a 5:30 minutos por kilómetro. Comencé tranquila, iba platicando durante el recorrido para asegurarme de no ir a un paso demasiado intenso, pero mi paso suave ha mejorado con los entrenamientos y esta vez a pesar de la loquísima altimetría de la ruta, mi ritmo se mantuvo mucho más rápido que 5:30. Tranquila y platicando subí hasta una parte muy alta de la Segunda Sección de Chapultepec y desde ahí bajé sintiendo flotar, ligera, fresca, feliz. Recorrimos partes del Bosque de Chapultepec hermosas y que nunca antes había pasado (y miren que soy fanática del lugar), en un nuevo, súper bonito y desafiante recorrido me conquistó y motivó muy cañón. A partir del kilómetro 11 fueron más bajadas que subidas hasta la meta, que se apareció antes de lo que pensé, frente a mí. Hice un fuerte sprint y crucé demasiado feliz. 1:45 fue mi trote suave de 21K, a ritmo de 4:50 min/km y sin agitarme. Para clasificar a Boston en Chicago tengo que correr a 4:59 min/km, por lo que, tras este par de 21Ks me siento muuuuuy del otro lado :).

Después fuimos muchos amigos a desayunar a Fonda Garufa. Vino mi coach y varios amigos del equipo de Puebla y se armó un grupote. Nunca había ido a garufa y ayer se ganó un lugar entre mis restaurantes favoritos y el completo favorito para ir después de una carrera. Nos recibieron sonrisas, medallas de chocolate y bolsas de hielo para las rodillas (síiiii, en serio!!!). Nos atendieron excelente, la comida estuvo in-cre-í-ble, bastaaaaante barata para un restaurante de la Condesa y al final nos hicieron descuento de 15% nomás por ser corredores. Un 10 al lugar, no dejen de ir.

Regresé a mi casa a sumergirme en hielos, que por cierto, ¡tienen que hacerlo! Después de 20 minutos dentro del agua helada, salí sin dolor, con las piernas como nuevas, como si se les pudiera borrar la distancia de encima, impresionante. Luego comí, tomé una laaaarga siesta y me desperté a comer de nuevo, en modo bebé total jajaja.

Supongo que muchos de ustedes estuvieron en el mismo modo que yo. Espero que estén súper listos para el 21 o 42K del próximo domingo, estoy demasiado emocionada, estaré ahí corriendo 28K y echando muchas porras y a lo largo de la semana publicaré varios tips para quienes lo correrán.

Felices kilómetros