Mis 34 kilómetros en el MICM

El Maratón de la Ciudad de México es, por mucho, mi carrera favorita. Desde que lo corrí por primera vez (21K en 2008), lo he visto crecer en organización, porra y participantes y me encanta verlo cada día más guapo, pero este año se lució. De principio a fin de la ruta, no esuché una sola queja. ¡Felicidades a Emoción Deportiva y el IDDF por eso!

Y aquí les va mi experiencia:

DÍAS PREVIOS

Cuando voy a Monterrey, un grupo enorme de corredores de aquella ciudad me recibe siempre de la mejor manera, son los Gusanito Runners y esta vez vinieron en un grupo de ¡60 maratonistas! a correr el MICM. Viernes, sábado y domingo estuve con ellos cargando carbohidratos, platicando, compartiendo la carrera y celebrando sus logros. Me encantó recibirlos y en diciembre los veré en el Maratón de Monterrey. Me trajeron la nueva playera de su club con mi nombre y se los súuuuuper agradezco, compartí momentos muy padres con ellos este fin de semana, son súper divertidos.

EL DOMINGO DEL MARATÓN

Vivo muy cerca de la salida del maratón y pedí un taxi para llegar muy temprano, pero cuando llegamos a Avenida Juárez, ya estaba cerrada, y mejor me bajé y entré al metro. El andén estaba repleto de corredores y en el ambiente se respiraban nervios, emoción. Esperábamos el primer metro del día, el de las seis de la mañana, que venía desde Cuatro Caminos. Por fin llegó y en el vagón platiqué con una par de señores mayores, que este año esperaban por fin romper las 3:15. Mis respetos para ellos.

Saliendo del metro en el Zócalo, fui al guardarropa a dejar mis cosas y me formé en el contingente de mujeres, saludé algunas amigas, me tomé un Gatorade Prime que me dieron en la entrada y escuché el himno nacional mientras mi piel se ponía chinita. Por fin, ¡el disparo! Y mientras salíamos, el arco delante de la meta explotó en fuegos artificiales, haciéndome llorar una vez más, al dar la vuelta al Zócalo, veía brincar fuegos artificiales de todos los colores, el cielo estaba aún de noche y poco a poco, cuando avanzábamos entre Juárez y Reforma, la luz comenzaba a aparecer y la luna se veía enorme, hermosa frente a nosotras.

Pasamos por el Monumento a la Revolución, en La Palma nos encontramos con las porras de los mediomaratonistas que estaban esperando su salida, entramos a Polanco y poco a poco me fui encontrando con amigos que me saludaban, gritaban o se detenían un momento a platicar. Estaba tan emocionada que ni me había fijado en los kilómetros ni en mi paso, estaba de fiesta, feliz.

De pronto estaba ya en el kilómetro 14, dentro del Bosque de Chapultepec, el sol estaba hermoso, la luz jugaba con las hojas de los árboles y yo no podía dejar de sentirme bendecida de estar ahí, sana, corriendo y disfrutando con miles de corredores de mi ciudad.

Pasando Gandhi volvimos sobre Reforma hasta la Diana, crucé el tapete de los 21K en 2:00 hrs, a pesar de que quería llevar un paso muy moderado, iba bastante bien y me sentía enterita. En Chapultepec me salí de la ruta para meterme al metro, entonces llegó un chico y me preguntó asustado “¿Estás bien?” me reí y casi sin poder respirar asentí, entré al metro y tuve que dar una gran vuelta, ir hasta Tacubaya, transbordar y bajar en Mixcoac.

Al salir me reincorporé a la ruta, pero ya sentía mis piernas un poco duras, me tomó unos 10 minutos volver a entrar en calor y ritmo, cuando corríamos sobre Insurgentes el sol estaba intenso y nos golpeaba la cara, las porras eran impresionantes, en ningún otro año había visto tanta gente en la ruta y con tan buena actitud, tenían miles de puestos de abastecimiento improvisados, carteles divertidos, gritos de ánimo, extendían la mano para chocarla contigo, te miraban a los ojos y sentías que te comprendían, te admiraban por estar ahí haciendo lo que estabas haciendo.

No se cómo de pronto me “teletransporté” del World Trade Center a la Glorieta de Insurgentes, esa subidita ya me cayó un poco gorda, pero de bajada sabía que estábamos a punto de llegar.

En la esquina de Reforma e Insurgentes, en el kilómetro 35, tomé un vaso de Gatorade y no encontré otro puesto de abastecimiento sino hasta el kilómetro 40, en Juárez y el Eje Central, cuando ya moría de sed y estaba considerando seriamente detenerme en un Oxxo.

Corrí sobre el Eje Central hacia Izazaga, el piso estaba mojado, la gente se cerraba sobre la acera para gritar a los corredores y todos sabíamos que la meta estaba ya muy cerca, solo había que resistir un poco más. En el kilómetro 41, el sol ya me había dado en la torre, la cabeza me dolía y me sentía deshidratada, comenzaba a perder la fuerza. Entonces, Citlalli, mi amiguísima de entrenamientos y carreras que se fue a vivir a Querétaro y no veía desde hace dos años, se apareció gritándome con su sonrisota y comenzó a correr a mi lado, dándome ánimos. Eso me recargó la pila al cien, aceleré el paso y vislumbré al fondo la meta, la Catedral, mi maratón, mi ciudad, alcé los brazos y crucé el arco.

Cruzando la meta me dieron un Gatorade Recover. Su sabor no es el mejor, por lo que nunca antes me lo había tomado completo al terminar una carrera, pero esta vez decidó hacerlo, estaba helado y yo moría de sed, fue taaaaaan refrescante.

Saludé algunos amigos y comencé a sentirme débil, mal, fui por mis cosas al guardarropa, me senté ahí mismo a un lado de una valla, me quité los tenis, calcetines, recosté mi cabeza y, por un minuto, me quedé dormida, completamente. De pronto reaccioné, me levanté y arrastré mi humanidad hasta el Starbucks más cercano, donde pedí un café helado para seguir recuperando proteínas y un vaso con frutas para los antioxidantes y ahí sí, me acosté en un sillón cuan larga soy y me dormí profundamente por unos 15 minutos, debí haber consumido más Sport Beans pero por olvidadiza me había dado un bajón de azúcar impresionante. Después me fui a mi casa, me metí en el bote de la ropa con dos bolsas de hielos y agua, me di un baño, me arreglé u salí para encontrarle en el Salón Corona con mis amigos Gusanitos de Monterrey para celebrar y comer un poco, entonces ya me había regresado la actitud y me sentía bien, tranquila, relajada, no tenía nada de dolor muscular ni en los pies por alguna rozadura, había sobrevivido a los 34K elegaaaantemente y a gusto.

Después de estar todo el día con estos amigos, llegué a mi casa, dormí profundamente y al otro día me levanté como si nada, increíble, ningún dolor, ningún malestar, lo único que me duró hasta el jueves fue el dolor de cabeza por la insolación, pero mis músculos, huesos y articulaciones estaban como si nada, como si hubiera sido un 3K cualquiera. Eso me dio una gran seguridad de que, cargando mucho más combustible durante este mes, Chicago lo haré excelente, pues estoy totalmente lista física y mentalmente.

Respecto al MICM, me encantó saber que la cantidad de mujeres en los últimos 3 años aumentó en 63%, el doble que la de hombres, que aumentó un 37%.

No corrí el maratón completo, pero no pude perder oportunidad de ser parte de esta, la gran fiesta de mi ciudad, junto con  1,501 mujeres y 6,448 hombres maratonistas y cerca de nueve mil medio maratonistas.

Otra vez, el 80% de las fotos de este post son fotos que amigos de Facebook me tomaron espontáneamente durante la carrera y después me compartieron en FB. Es como tener un ojo en cada punto de la ruta, ¡MIL GRACIAS POR ESO! (Miriam Lucía Muñoz Santiago, Richilango Mayen, Yara Alonso Viedma, Miguelón Jiménez, Angel H González, Jorge Gutiérrez, David Ramirez Hernandez y Luis Calzada Villanueva).

Y, al final, pero no menos importante, quiero compartirles lo feliz y afortunada que me siento de, dos años después de haber padecido cáncer (que me sacó de la jugada para el MICM 2010), estar sana y completa y corriendo con pasión por las calles que tanto amo. Soy muy feliz de tener esta oportunidad y cada día intento aprovecharla al máximo.

Pues eso, ¡les deseo un fin de semana cargado de kilómetros!

Publicado por Araiz

Periodista, bloguera y 27 veces maratonista. Xalapeña apasionada del café, viajar y correr.

16 comentarios sobre “Mis 34 kilómetros en el MICM

  1. ARA!!! Me encantó tu crónica. Muchas felicidades x lo que haces. Eres un ejemplo de vida! Que Dios te siga bendiciendo en salud y armonía para que a su vez sigas compartiendo con nosotros. Sigue pendiente nuestra ida al lago de los lirios. 🙂 Bonito fin!! Abrazo!

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    1. ¡Gracias Pau! Ya sé, qué ganas de ir y qué feo ese día que ya no pude, de repente me lleno de cosas de trabajo y tal, pero uno de estos fines tú dime cuando puedes y lo hacemos. Un beso 🙂

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  2. Araiz, definitivamente todo un ícono para los corredores. Me encantan tus historias, tu actitud, tu entusiamo… eres de verdad, un gran ejemplo de todo a todo, ¡muchas felicidades! Chicago ya es tuyo.

    Es increíble lo que este mundo runner puede hacer en la vida de las personas, en nuestras vidas, en verdad ¡las transforma! Te mando un enoooorme abrazo corredor.

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  3. Vaya que disfrute mucho la carrera y más cuando fue mi primer maratón!! Chille y Llore en el trayecto, al llegar y muchas veces antes, es más sigo leyendo historias al respecto y me mueven el tapete…

    Gracias por compartirnos tu experiencia!!

    Vaya que es la gran fiesta runner de los chilangos…

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  4. Puedo pedirte un favor? Podrías escribir al respecto de que hacer en casos de tanto calor… Ya que durante el trayecto hice cuentas y tome 10 bolsitas de agua X 200ml + 4 vasitos de gatorade = 2.5lts + un platano!! jeje

    Me dijo un amigo que es mucho, que en realidad tenía calor y cansancio pero que uno lo confunde con sed!! Sera cierto?

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    1. ¡Qué gusto que hayas vivido así el Maratón, Luis! Felicidades, muchas por este gran logro. La sed NO SE CONFUNDE, es sed y punto y cuando la sientes, ya estás deshidratado. Es recomendable hidratarse con Gatorade y no agua durante la carrera, para reponer energía, líquidos y electrolitos y mantenerte en tu mejor estado posible, pero también necesitas consumir 90gr de carbohidratos provenientes de geles o Sport Beans cada hora, haciendo esto sentirás tus niveles de energía mantenerse y, con ellos, tu rendimiento. Muchos saludos y éxito.

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  5. Felicidades Araiz,!!! me dio gusto verte en la ruta, medio saludarte y luego apuntar la cámara antes de que desaparecieras. Aunque yo hice medio maratón como bien dices.. quede como de 3k al día siguiente. Totalmente de acuerdo, creo que vas a llegar en la mejor forma para tomar Chicago… lo único que yo sigo comentando es que deben de correr unos 18k en Cuautla o Cuerna.. por que te puede ayudar a la humedad que encontraras allá seguramente… y no he visto a ningún amigo hacer esta practica, una cosa que tmb ayuda es hacer ejercicio moderado (como el calentamiento que se hace previo a una carrera) en el vapor por unos 20 o treinta minutos haciendo breaks para ducharte en frío. Bueno eso digo yo.. y como el año pasado.. los seguiré por el internet, El año pasado estuvo increíble la reseña.. xoxo

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  6. Ara:
    Yo todavía no me atreví a correr el maraton completo, solo corri el medio, fue una experiencia formidable, en encontrarte gente en las calleas animandote y ofreciendote algo para que termines bien la carrera es de las cosas que no se pagan con nada.

    Gracias a todas esas personas que tambien son parte del maraton y ni que decir de lo que significa correr por nuestra bella ciudad.

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