Ser maratonista, según yo…

Tengo la imagen nítida en la mente. Yo, con mis tenis Adidas de concha, discman en mano, pants y camiseta. Sintiendo la tela de la ropa apretada contra mi piel, sintiéndome inflada, gorda. Mi respiración agitada, insoportable, el pecho hinchado, la cara roja, palpitante, el humo de los camiones por un lado y la sensación fresca de los árboles por el otro. En la pista alterna del Estadio Xalapeño con piedritas saltando dentro de mis tenis y terminando, por fin, 4 kilómetros, 23:30. Mucho mejor que ayer. Volviendo a mi casa caminando, respirando profundamente, sabiéndome plena, completa, feliz.

En estos, mis primeros intentos de correr, mientras respiraba pesadamente, veía a hombres y mujeres rebasarme ágilmente, ligeros, casi flotando. Sus cuerpos eran esbeltos y sus pasos largos, parecían no esforzarse, estaban ahí antes de que yo llegara y se quedaban mucho después de que me iba. Por detrás, sus muslos se veían definidos, con secciones que no había visto en los míos. Su piel brillaba por el sol y parecían tener la mente en otro planeta mientras volaban etéreos. Eran maratonistas.

Para mí verlos era igual que ver a un extraterrestre o un perro con cinco patas. Los observaba, analizaba, no me quedaba claro cómo habían pasado de ser simples mortales a hombres y mujeres que parecían estar tallados en bronce. Como muñequitos de trofeo, brillantes y perfectos.

En algún punto entre esas pesadas carreras y mi primer 10K, en 2007 en el DF, me convencí de que sí podría, no sería fácil, ni rápido, pero a base de resistir y perseverar, llegaría a convertirme en una de esas, mi propia versión, la “Araiz maratonista”. Y pasó, amanecí escuchando el mar de Mazatlán a las 4 de la mañana del domingo 30 de noviembre de 2009 tomando suero y amarrándome las agujetas, lista para mi gran hazaña. Y me dolió, lo sufrí, lo lloré, mi piel se tostó, amé de pronto dar la vuelta y ver el mar, bordear toda la costa cuesta arriba y conocer cada centímetro del puerto con mis pasos. Crucé la meta hecha otra, muerta pero convencida de que podría lograr cualquier cosa que me propusiera. En la vida.

Desde entonces no entiendo mi vida sin maratones. Cuando me diagnosticaron cáncer, un lunes de julio, mi primera pregunta fue: Doctor, ¿puedo correr? -Sí, ¿qué día le programo su cirugía? – El miércoles, por favor. Corrí mi maratón ese domingo, me recuperé lunes y martes, salí a trotar con mis amigos el miércoles y de ahí me fui al hospital.

Cada año lo planeo en torno a los maratones que correré y cada día tengo presente en mi mente mi objetivo. No importa si tomo la hora de la comida para ir al gimnasio y como en mi lugar, no importa si corro en la caminadora de mi casa en la madrugada o en la noche, si sacrifico desvelos o fiestas. Lo único que importa es ese maratón, esa fiesta de 42 kilómetros para la que me estoy preparando.

Desde entonces han pasado ya diez maratones, me he vuelto más fuerte física y emocionalmente y he visto cómo ser maratonista ha cambiado completamente mi forma de ser, de entender la vida y enfrentar sus obstáculos. Me sé fuerte e invencible y ya nada me asusta.

Si tienes la curiosidad, pero piensas que no puedes. Créeme, ¡sí puedes! Esa niña gordita y lenta te lo dice. Inténtalo, ¡aviéntate! No recibirás más que resultados increíbles que jamás terminarán de sorprenderte.

Feliz día del maratonista.

Araiz

Publicado por Araiz

Periodista, bloguera y 27 veces maratonista. Xalapeña apasionada del café, viajar y correr.

23 comentarios sobre “Ser maratonista, según yo…

    1. ¡Comienza ya! Fija una fecha dentro de unos 6-8 meses, compra tu inscripción y boletos de avión si es en otra ciudad, busca un entrenamiento que se adapte a ti y ¡comienza ya! No te arrepentirás :).

      Me gusta

  1. Estoy contigo, claro que puede. A mí me propusieron correr un maratón a comienzos de diciembre de 2005. Pensaba que no sería capaz de hacerlo, pero dos meses después debuté con una gran marca para mí, que me dejó muy satisfecho y de la que me siento muy orgulloso.

    Se repite mucho, pero «Querer es poder». Si no lo creemos, preguntémosles a muchos de los atletas olímpicos si ellos estaban convencidos antes de comenzar en su deporte que algún día iban a estar en tan maravilloso evento deportivo.

    Adelante, pasito a pasito, zancada a zancada.

    Me gusta

    1. Claro, nos construimos como atletas con cada perqueñísima decisión que tomamos a cada minuto, cada día, es impresionante al paso de los años ver hacia atrás y observar satisfecho la transformación a la que tu voluntad te ha llevado. Felicidades Franfri :).

      Me gusta

  2. Como siempre increibles tus reseñas….ya deberias de comenzar a escribir tu libro…te estas tardando!!! y yo me apunto para la firma de autografos!!! Saludos,

    Me gusta

  3. Hola Araiz, hace tiempo que leo tu blog y también por facebook. Lo que dices en este blog, seguramente muchos hemos pensado algo similar. Yo siempre había tendió vida sedentaria, pero alguien me animo a correr 10k, lo cual me parecía imposible, pero lo logre y así fui subiendo hasta correr un Maratón. Cuando no corres sientes que los maratones son para semidioses, pero una ves que cruzas la meta sabes que no, que cualquier persona con preparación puede hacerlo. Como digo yo, «Si Adal pudo hacerlo, cualquiera puede».

    Me gusta

  4. Gracias por tus comentarios, son refrescantes e inspiradores. Mi distancia máxima era 10 k y este año mi nuevo limite van a ser 21 k el 25 de agosto. Mucho nervios y mucha emoción.

    Me gusta

  5. Felicidades por tu historia, es de gran ejemplo para todos. Yo estoy en proceso de ser maratonista, estoy inscrito al maratón de Mty 2013, será mi primer maratón, así que espero verte el próximo 8 de dicimebre. (Como lo comentaste en este blog, es tu favorito de México, espero que sea así para mí). Saludos.

    Me gusta

  6. híjole!!! qué hace uno con el nudo que se le queda atorado aquí adentrito sobre todo pensando en que su primer maratón esta a la vuelta de la esquina????

    Me gusta

  7. Muy lindo tu relato, sin embargo me pregunto porqué una chica tan prodeportista hace publicidad a una marca de tenis de todos tipos, en los que para fabricarlos utilizan la piel de los hermosos canguros, animalitos indefensos que el Creador con algún fin los depositó en la Madretierra. Mucho se le insistió al futbolista David Beckham para que desistiera de hacerle publicidad a esta marca por las mismas razones, hasta que se convenció por si mismo y dejó de anunciarlos. Si vamos a ser PRO que sea en todos los aspectos de la vida. Feliz día del Maratonista!!

    Me gusta

  8. Excelente post Araiz, me queda claro que todos podemos correr un maratón, como te comentaba anteriormente empece a correr hace un año y cuando cumpli 9 meses corriendo, corri el Maraton LALA en marzo pasado, desde entonces les he dicho a mis amigos, todos podemos mas no todos queremos esa es la diferencia, tus palabras describen exactamente ese nervio maratonista. Saludos

    Me gusta

  9. tu relato es justamente lo que siento cuando voy corriendo, hoy ire por mis 10 km!! deseame suerte! entreno diario, queria pasar por alto tu mensaje estaba apunto de apagar la computadora pero el no haberlo hecho fue mejor!! grax!! siento que lo escribiste especialmente para mi! 🙂

    Me gusta

  10. Increible!! Me recordaste a una entrevista de Germán Silva, cuando le pregunta Betty Monroe que si ha sacrificado muchas cosas por correr el dice que no!! que al contario, cuando se va a dormir ya está pensando en donde va a correr al día siguiente!! Muchas gracias paisana, siempre llega tu inspiración cuando mas la necesitamos.

    Enrique Herrera

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.