Crónica de la Carrera Wal Mart 2010

El sábado me dio el insomnio del corredor, ese que me da casi todos los sábados anteriores a una carrera y que sólo se me quita con un par de cervezas. Pero no tomé nada y me logré dormir después de las 2 de la mañana. No me preocupé mucho, he estado durmiendo 9 horas todos los días, entonces no me afectaría gran cosa este desvelo. Tenía que levantarme a las 5:50 para estar en la salida a tiempo.De pronto eran las 7:00am y yo estaba en mi casa llamando a mi amiga Zuley y dicéndole que ya no iba a llegar pues me había quedado dormida. Qué horror de sensación. Entonces abrí los ojos y ví el despertador: 5:49am ¿Estoy loca? ¡sí! puedo llegar tarde a cualquier cosa menos a una carrera, nada personal amigos, ¡simplemente NO puedo!

Salí de mi casa en la bicicleta a las 6:15, el cielo totalmente oscuro, pero la puerta de mi casa estaba alumbrada con un reflector de casi un metro de diámetro, lo habían puesto para iluminar una construcción que continúa por la noche. Coincidencias perfectas. Rodé hasta Reforma 222, donde dejé mi bici y tomé un taxi hasta el Auditorio Nacional. El taxista de esos que se ponen felices de que uno corra, simpático. Vi a Zuley y su hermano Juan a las 6:45 en punto afuera del Auditorio y nos fuimos en su coche a la salida de la Carrera, el Wal Mart del Toreo. 15 minutos después estábamos allá, muertos de frío, yo con mis likras que cada día parecen hacerse más pequeñas, pero eso sí, con chamarra y orejeras. Ellos correrían 10K y yo 5, estaba he lan do, así que nos refugiamos en un Vips, platicamos y tuiteamos como cualquier corredor loco en domingo.

Un rato después llegó Diana, más tarde César me entregó mi paquete de la carrera, me puse rápido número y chip y corrí hacia la línea de salida. Ni calenté ni nada, arranqué en frío, muy en frío. Iba rebasando a una bola de gente que trotaba lento y no me dejaba pasar, entonces me aceleré y me agité mucho. El aire helado se comenzó a sentir en el pecho, como si estuviera enferma, noté que iba a menos de 5 min/km, entonces reduje la velocidad más y más hasta sentir mi respiración tranquila. La ruta se pasó rápido, de pronto ya venía de regreso y veía pasar frente a mí a los corredores de 10km, que habían arrancado 10 minutos después de mí. Ví pasar a varios amigos y escuché a algunos que gritaban mi nombre, pero no llevaba lentes entonces no pude identificar a nadie, sorry.

25:33 minutos después estaba en la meta ya, todo pasó muy rápido. Después pasé por un cafecito caliente que me regaló Splenda, recibí mis regalitos de las marcas, saludé a mi amigo Álex y corrí al Vips de nuevo, a reservar mesa, refugiarme del frío y esperar a mis amigos, que seguían corriendo, pues todo mundo se había inscrito a los 10K. Luego me encontré con mis amigos Twitterrunners, nos tomamos la foto, regresaron Zuley, Diana y Juan, desayuné molletes, platicamos y pasamos una mañana muy agradable. En ese momento ya moría de sueño. De regreso, en las escaleras del estacionamiento, sentí un tirón atrás de la rodilla y algo de dolor. Cuando llegué a mi bici, me subí y al pedalear mi rodilla tronó horrible, como si todo por dentro se hubiera desacomodado. Me fui pedaleando quién sabe cómo, llegué a mi casa, me puse una compresa en la rodilla y me tiré en mi cama a dormir. Desperté hasta las seis muy descansada, pero apenas me quise parar de la cama noté que mi rodilla estaba ya como trabada y no la lograba flexionar casi.

Busqué en Google y, de acuerdo a mis investigaciones, decidí que me había roto un menisco. Me mentalicé para no volver a correr en mucho tiempo, tal vez nunca. En serio, así de dramática soy. Pensé: Ya corrí 5 maratones, mis rodillas nunca han estado bien, ya me tocaba, me terapeé sola y me preparé para iniciar mi carrera en la natación o no se qué cosa más.

Al otro día me tocaba moverme mucho en la mañana para los trámites de mi pasaporte y estaba desesperada, porque mi rodilla no se flexionaba nada, tenía que caminar con una pierna y arrastrar la otra, MAL! Iba saliendo de mi edificio y la vecina me preguntó  si me había caído, le conté y me recomendó al médico del deportivo de la Delegación. Total que arrastré mi pierna por varias oficinas hasta que mi pasaporte quedó listo, de regreso a la ofi tenía que pasar por el Deportivo, así que hice una parada, pregunté por el doctor, me pasaron con él en 5 min y resultó ser una lindura, me platicó que corría y andaba en bici, que hizo un maratón y que leía Sport Life (me sacó una revista como de 2001, pero que conservaba porque le seguía sirviendo) me revisó la rodilla y me dijo que no tenía NADA óseo, el problema era el cuadríceps que estaba sobrecargado, no supe si creerle, me puso electrodos, me dio descargas eléctricas que primero dolieron mucho y cada vez menos. En 20 minutos estaba lista, me paré, me pidió que flexionara la rodilla ¡y pude!

Así de fácil, entré rengueando y salí caminando muy bien y feliz. Le agradecí muchísimo y me fio a trabajar. No me cobró un peso (¡¡¡!!!).

Además, mi amigo Bujanos me consiguió un súper ortopedista, con el que iré para que me cheque más la rodilla y me de otra opinión. El orpopedista es bloggero y su blog está bien bieno, ya se los pasaré si él me lo permite.

Lo del pasaporte fue ¡porque me voy a Los Ángeles! voy a un viaje de trabajo y estoy muy contenta, nunca he ido, siempre he querido ir. Estoy tramitando todo lo necesario, ya saben. Encontré mi primer pasaporte. Es de cuando medía 1.05 ¡y era rubia! jaja ya lo verán escaneado por acá.

Pues eso últimamente, ayer nadé en Sport City y me sentí muy feliz, parece que me cambio de gym, ya les platicaré.

Saludos y lindo, lindo viernes!

Araiz

Fotos: Cortesía de RunMx, Twitterrunners y mi amiga Diana. Porque dejé la cámara en el coche #FAIL