Crónica del Maratón de Monterrey 2010 parte 1 (días previos)

Desde mi llegada a Monterrey fui recibida por mi admirado amigo Rubén Romero, cuyo plan de entrenamiento fue el responsable de que me atreviera a iniciarme en los 42 K. Después fui invitada a una cena de carbohidratos y luego el trote con el club Gusanito, donde conocí en persona a Edilberto González y Tere, su esposa, pareja ejemplar que se encargó de que mi estancia en MTY fuera perfecta. No podría enumerar a toda la gente que conocía ya por Facebook, Twitter y el blog que encontré cuando estaba con el problema de mi enfermedad y que disfruté mucho conocer en persona, abrazarlos y platicar con ellos por fin. Pero bueno, tengo taaaaanto que contarles, que mejor comienzo ya con mi crónica:

El jueves volé a Monterrey. No se ustedes, pero yo no me subía a un avión desde que tenía 8 años y fui a Guatemala a conocer a la familia de mi papá. Puede ser algo simple, pero yo estaba contenta y hasta nerviosa, pero nerviosa padre. Compré mi boleto en Vivaerobús y sus aviones no se ganaron una recomendación de mi parte, definitivo. Al despegar sentí como si estuviera arrancando un camión de carga, todo se movió y yo mejor cerré los ojitos y comencé a sentirme como cuando caes del Superman, en Six Flags, el estómago en la garganta, pues.

En el camino seguía algo nerviosa, tuve que pedir una cerveza para relajarme un poco y de pronto lo comencé a disfrutar, ir en el aire puede ser lo más random para la mayoria, para mí es hermoso. Llegando a Monterrey Rubén ya me esperaba, me subí a su coche comenzó a contarme mil cosas y mostrarme periódicos, las medallas, estaba tan emocionado que lo contagiaba. Es increíble ver a un hombre de su edad con esa actitud tan joven y esa pasión por lo que hace, me dio muchísimo gusto estar con él, por fin en persona, platicamos un poco y me fui a comer a mi adorado Sirloin Stockade con mi tío Amilcar, que ya me esperaba también en el Aeropuerto.

El jueves por la noche, fui con Ruben a la cena de carbohidratos del club Gusanito Runners, ahí me senté frente a Claudia y Mario y junto a Tere y Edilberto, ellos son de esas parejas que cuando los veo me hacen querer mucho, mucho, llegar en un momento a formar una pareja y familia así, tan unida, tan feliz, disfruté ese tiempo de conocerlos mejor, ya en vivo. Llegué a mi hotel por la noche fatigada pero feliz. Al otro día desde las seis de la mañana estuve haciendo entrevistas y fotos para Runner’s, todos a quienes entrevisté tenían un común denominador, a pesar de ser gente de muy distintas edades, nacionalidades e historias de vida, todos eran apasionados y vivían muy intensamente el deporte, más intensamente que casi cualquier persona que hubiera conocido antes. Este viaje cambió mi paradigma del deporte, del maratón y de mi vida, me creía extrema pero me faltaba conocer mucho, esta gente me inspiró demasiado y no puedo esperar para transmitirles todas sus historias a través de la revista en los proximos meses.

El sábado temprano, Rubén pasó por mí y fuimos por Luz Zazueta para el trote con Gusanito Runners, todos iban vestidos de rojo, con gorros y hasta ropa de Santa Claus y duendes, trotamos 4 km suave, pude conocer a Walter, Sandra, José Manuel, Chely y muchos más amigos virtuales con quienes no paré de tomarme más y más fotos. Al final, Edilberto con su gran megáfono nos dio a Luz y a mí la bienvenida a su ciudad y me regaló una playera in- cre- í- ble de su club, fue tan lindo el gesto, que decidí que, aunque la playera tuviera manga larga y yo JAMÁS corro maratones con mangas, este lo haría con ella, pues ya me sentía Gusanito de corazón. Me la puse y no me la quité hasta más tarde.

 

Después llegaron Florecita, Lau, Magda, Ernesto, Pablito y Olin, mis amigos del DF, con quienes fui al iHop a cargar carbohidratos, hot cakes con plátano y fresas, para después correr a la entrega de paquetes donde me encontré con Rosy Baeza, mi diva favorita del Facebook y Cin Morán, un amor de chica que corre con causa. En este punto del día ya estaba muy, muy cansada, por más café que tomara se me cerraban los ojos todo el tiempo y temía por mi desempeño al otro día.

En la tarde hice entrevista y fotos de los hemeródromos, nueve hombres y una mujer que han corrido más de 100 maratones (hasta 200) y cuyas historias impresionantes, ya verán en RW, les entregaron trofeos por su mérito, luego le dieron en Trofeo Filípides a Germán Silva, corredor mexicano con mejor tiempo en maratón, y de ahí me fui con Rosy a le cena de carbohidratos de Total Running en un restaurant italiano, un par de pedacitos de pizza después ya estábamos todos cabeceando, así que volvimos al hotel temprano, cerré la puerta de mi habitación y por fin pude estar sola y en completa paz. Respiré profundo, vi por la ventana el Parque Fundidora de noche y con su iluminación navideña, puse el despertador y caí fundida en mi cama.

Esta es la primera parte, en la siguiente está TODO lo que pasó el domingo desde que abrí los ojos hasta que me subí en el avión de regreso al DF.

Quiero agradecer mucho a cada una de las personas que hicieron que mi estancia en MTY fuera realmente inolvidable.

Besos, feliz sábado

Araiz